Ser
el primer alumno que se licencia en las arrugas de tu piel.
Inventarme el octavo pecado capital de entre todo tu cuerpo.
Contagiarme de tu locura para sentirme más cuerdo.
Un orgasmo en alguna sombra de la luz de París.
Aprobarte con notable en septiembre.
Días, vino y rosas para dos.
Leer a Neruda tapado entre tu sábana.
Un baile a los ojos de miles en La Habana.
Dejar para nuestro beso un ‘’nada más que añadir’’.
No repetir noches para contarte una historia cada mañana.
Saber el próximo 31 de diciembre de quién hablaba en estas líneas.