Como un piano me llamas,
astuta y dulce,
con voz de Diciembre
y azúcar en los labios.
Reservada ríes,
te apartas y te acercas
con una inocencia sutil.
Y así me quieres. Aquí.
Como un piano me amas,
triste y salvaje,
con palabras desordenadas,
con dedos de pincel.
Profunda me miras,
me arañas y me gustas,
como un piano...
Como un piano me dices
que fría es la noche
y acogedor mi pecho.
Viento en mi pelo,
viento en tu pelo,
viento en el piano.
lunes, 18 de noviembre de 2013
lunes, 4 de noviembre de 2013
8736 horas
Diez mil palabras fueron las que
en 364 días no sumaron dos,
y cien los reproches que
a base de rencor nos dejaron a cero.
Le dijiste no a una mitad de mi cama,
no contaron diez nuestros dedos
y aunque no volvió un 3 de marzo
desde el verso cinco aún te espero.
Cuatro dudas de abril, en tres besos de
dos horas, no se resolvieron
y una puerta -de un coche empañado-
que se cerró, me hizo dejar de verte.
Nunca hubo respuesta para
las explicaciones que queríamos,
y al final fueron todas las ganas
de no querernos nada.
Fotografía de Javier del Yelmo
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