martes, 30 de abril de 2013

Existe un imposible.

Para María, esa persona que puso la pizca de alegría loca que tengo, a ratos, en mi cuerpo. Para esa persona que durmió un tiempo en la habitación de al lado. 


Cuando el agua de mar,
haga dulce tu mañana.
Cuando la tímida brisa,
te recuerde que es no respirar.

Cuando la musa me grite
muda, que no me quede.
Cuando el sabio joven
tonteé para que marche.

Entonces,
olvidaré que has estado,
junto a mí. Aquí a mi lado.



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