viernes, 19 de julio de 2013

La mar estaba en calma.

La mar estaba
en calma.

No lo estaba
el banquero
con su fortuna.

Ni lo estaba
el Ministro
con su reforma.

Tampoco lo estaba
el patrón
con su explotada.

Mucho menos lo estaba
el Rey
con su corona.

Pero esto
poco importaba
.
Porque la mar,
estaba en calma.

Sólo gritos de insurrección real,
harán cambiar nuestro mundo.



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