Obtusamente he abierto mis edades desde
los primeros grados
consensuando conmigo mismo un camino
mil veces desviado
invadiendome de aquellas cosas que
negué, desheredado
no queda propiedad angular que me
configure, en ángulo recto.
Ya no soy un niño, me ha espetado el
cierzo con inquina,
ya que aquel modo de vivir ha hecho
explotar en angustia
modos, formas, oportunidad que aun
desaprovechadas en el placer
me han podido enseñar que compás
necesita mi hacer.
Quizás deba autogolpearme, quizás
bailar una danza con la sobredosis
ya que encuentro muchos misterios y
muchos canallas
muchas derrotas y tiernas las victorias
marchitadas cuando faltan las aguas
demasiadas líneas debería tener esta
enrevesada sinopsis.
Ya que entre elipses y círculos no he
encontrado la forma media
entre el cuadrado y el rectángulo me
he perdido en la superficie
entre mi principio y mi final hay que
apartar demasiada maleza
además, mi verbo anda demasiado
desafilado para el corte.
Ya no soy un niño, ni un viejo
y no se con que herramientas medir mi
ángulo.
Jesús Vidal
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