jueves, 10 de abril de 2014

Hay quien solo ama

Hay quien ve en cada paso
estar a menos distancia de un precipicio
de un patíbulo inevitable
de una horripilante forma de irte.

Hay quien ve la desgracia en la lucha
y quien aprecia al santo milagrero.

Por eso salgo a tu encuentro
aunque la muerte pise mis talones.

Salgo adelante con o sin mordaza
y vivo para conocerte en la trinchera
donde ambos compartiremos algo más que el habla.

Suenan bellas consignas entre cada bala de goma
porque con la voz del compromiso cantas
y provocas que las ondas acaricien mi rostro
que se carga de vida, ese día tras las pancartas.

Porque en esta desgracia permanente
no hay más día que la noche
ni mas cárcel que el amor penitente.

Somos y seremos amantes, en la cárcel sistémica
en la vida mutilada.
Si algo nos tortura no será la propaganda del amor
sino el peso de aquellos que no sienten ningún dolor.


                     Vidal Mantolan

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